Cuentan que un tarde de frío un niño grande y otro pequeño pasean y patinaban por un lago helado. De repente el hielo se rompió y el mayor cayo al agua. El pequeño sin pensárselo se quitó los patines y haciendo un esfuerzo sobrehumano consiguió sacar al chico que se había caído. Cuando llegaron los adultos no podían creerlo, se quedaron muy sorprendidos , además de ser pequeño el mayor estaba mojado con lo que el peso se duplicaba No se lo explicaba, ¡como pudo hacerlo? pensaban. Dio la casualidad de que por aquí pasaba Einstein, se paró y les dijo : Y»o se como lo ha hecho. “ NADIE LE HA DICHO QUE NO PODIA HACERLO”
Wow! No te hace pensar! A mi si. ¿Cuantas cosas nos hemos creído desde pequeñitos?. Cuantas correcciones, comparaciones y cuantos impactos a nuestra esencia que desde pequeños hemos recibido (con todo el amor del mundo y para «nuestro bien») y nos hemos creído llevandonos a renunciar a nuestra autenticidad y originalidad.
Como decía Jung » Nacemos originales y morimos copias» y es verdad.
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[separador height=»20px»]Nacemos perfectos, alegres, sin miedo al error, sin miedo a equivocarnos, imaginando y creando pero rápidamente empiezan a corregirnos «que si no te salgas de linea dibujando», » que si no tienes una letra bonita» , » que si no eres bueno en matemáticas», » que si eres muy timido» » lo tuyo no es el baile ni el deporte» ….así poco a poco dejamos de creer en nosotros y empezamos a compararnos y competir, a sentirnos inseguros, y justo en ese momento empezamos a sentir el dolor, dolor que nos llevá a no sentirnos nunca suficientes y válidos. Asi es como con el único objetivo de sobrevivir asumimos la renuncia a nuestra esencia, a nuestro ser auténtico y poderoso, a nuestro poder personal.
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Renunciamos a nosotros mismo y empezamos a vestir un traje que no nos siente bien pero que ilusioriamente nos hace sentir seguros y aceptados.
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Somos nosotros los que nos empequeñecemos para que otros brillen, somos nosotros los que nos anulamos para que otros sean felices. Somos nosotros los reponsables de manera inconcsciente pero responsables. Y este es el motivo por el que la mayoria de las personas tenemos la emoción orgullo muy tocada. El orgullo sano, es la emoción que nos hace admirarnos y admirar lo autentico en nosotros y en los demás y su finalidad es el estatus personal, el reconocimiento interno. Todos somos diferentes, todos tenemos un talento y una vocación únicas pero renunciamos y nos rendimos para poder cumplir con los estereotipos de una sociedad gris y aburrida.
Abandonamos a nuestro niño/a interior, alegre, creativo, desenfadado, natural que soñaba con ser bailarina, diseñador, astronauta, cocinero, piloto, .. para convertirnos en otra versión aburrida de nosotros mismos.
Ahora toca pedirle perdón a nuestro niño/a interior que aún hoy nos mira sorprendido y triste por esa renuncia que asumimos.
[separador height=»20px»]El orgullo, la cuarta emoción y dimensión del ser humano es la encargada de nuestro poder personal, de nuestro estatus personal (que no social) que nos permite admirarnos y admirar lo bueno que hay en nosotros y en el otro. Todos tenemos muy tocada esa emoción. De hecho nos suena a prepotencia, soberbia pero eso solo es orgullo falso que oculta inseguridad y miedo. Creer en nosotros , en nuestra capacidades, en nuestra autenticidad, nos ayudará a construir un mundo más feliz, coherente y sano.[separador height=»20px»]
El orgullo es humildad porque te permite no compararte con nadie. Solo te mides contigo mismo.
[separador height=»20px»]Os dejo un video TED donde magistralmente y con mucho humor Ken Robinson denuncia una sistema educativo caduco e incoherente que permite matar la creativida y el orgullo de nuestros niños.
Si tu niño/a interior está triste, abrázale con mucho cariño, sigue esperando por ti.
23102017
