¿Hacer presentaciones o diseñar presentaciones? No es lo mismo. Hacer sabemos todos, es fácil. Diseñar es una cosa muy distinta, es crear diapositivas con estilo que ayuden a la audiencia.
Una presentación efectiva es un acto de comunicación que tiene efecto en su público, es decir que cumple con su objetivo. Si no produce ningún cambio, si cuando la audiencia sale de la sala sale con las manos vacías y el corazón frío, vamos que… sale igual que entró pensando “vaya pérdida de tiempo” evidentemente debemos asumir que no hemos cumplido nuestro objetivo y por más que nos duela la presentación podemos tirarla a la basura.
No olvidemos que si hacemos una presentación buscamos algo: lograr que nuestro público compre nuestro producto o servicio, entienda o se informe de algo nuevo o haga algo distinto o tenga una nueva perspectiva de algo.
Aunque esto parezca obvio, no todas las presentaciones logran tener efecto, de hecho, me atrevería a decir (por experiencia) que la mayoría no logran el efecto buscado o incluso peor no logran nada y esto es lo peor que puede pasar en una presentación: que no pase nada.
Damos por sentado que hacer una presentación es incluir texto e imágenes en PowerPoint
Aunque y aquí viene la buena noticia, como brillantemente decía el protagonista de la película El exótico Hotel Marigold “Al final todo saldrá bien, y si no sale bien es que aún no es el final”. Es decir que la mayoría de las presentaciones sean malas no quiere decir que tenga que ser así.
Hacer una presentación lo sabemos hacer todos, solo basta ser un poco hábil con el programa y aprender dos o tres herramientas. Diseñar una presentación es otra cosa. Diseñar una presentación brillante, amena, bonita y eficaz requiere tiempo y cariño. Puede aprenderse, solo es necesario ganas, aprender de comunicación visual y sobre todo tener respeto por tu público lo que te llevará a dedicarle el tiempo necesario. El público esta ahí regalándote su tiempo (que en esta sociedad parece que escasea) por lo que lo mínimo que debes hacer es tomarte en serio tu presentación y hacer todo lo que esté tu mano para deslumbrarlos y aportarles algo, ¿o no? .
No importa de que trate tu presentación ni el objetivo que tenga esta (informativo, comercial, emocional) porque “no es lo que dices, sino cómo lo dices”.
Veamos algunos ejemplos de Hacer vs. Diseñar
Puedes ver más ejemplos en la sección No es lo mismo
Saber diseñar una presentación y conectar con tu audiencia es una habilidad clave para el desarrollo profesional Como dice Carmine Gallo, un speaker de fama mundial y autor del libro Hable como en TED: «En los negocios, la incapacidad de comunicar eficazmente es una vía directa al fracaso. Implica que las empresas emergentes no conseguirán financiación, que los productos no se venderán, que los proyectos no obtendrán apoyos y que las carreras profesionales no se dispararán… [saber presentar] puede marcar la diferencia entre disfrutar de la aclamación popular o penar en una desalentadora oscuridad.»
De tí depende. ¿Quieres seguir haciendo presentaciones para cumplir el expediente o quieres aprender a diseñar presentaciones efectivas que sorprendan, enamoren y sobre todo que consigan el objetivo que te planteas?. La comunicación visual y pensar como un diseñador es la clave pero el problema es que a la mayoría de nosotros no nos han enseñado esta disciplina en el colegio así que nos defendemos como podemos. Asumir esta realidad supone tomar cartas en el asunto y proponerse aprender para dejar de HACER presentaciones y empezar a DISEÑAR presentaciones.
Si asumes tu responsabilidad y quieres empezar a diseñar bonito empieza echándole un vistazo a estos otros post:
Los 5 primeros pasos para diseñar una presentación bonita y coherente